Byakuya Kuchiki
Byakuya Kuchiki (Byakuya traducido como "Noche
Blanca" y Kuchiki "Árbol Decaído") es el cabeza de familia de la
28.ª generación del clan Kuchiki, una de las Cuatro Casas Nobles de la Sociedad
de Almas. Viste el uniforme estándar de capitán con unos accesorios añadidos:
un adorno blanco en el pelo llamado kenseikan, símbolo de nobleza, y una
bufanda blanca de seda de gran valor, hecha por el maestro tejedor Tsujishirō
Kuroemon III, llamada Ginpaku Kazahana no Uzuginu, la cual ha sido heredada por
generaciones en su familia a las cabezas de la familia Kuchiki. Con el costo de
esta bufanda se pueden construir diez casas grandes.
Byakuya es popular entre las shinigami femeninas de la
Sociedad de Almas, y fue catalogado como el número 1 en "El capitán que
deseamos tener en un álbum" tomado por la Asociación de Mujeres Shinigami.
Byakuya es el máximo exponente de la típica actitud de las familias nobles de
la Sociedad de Almas: frío, imperturbable, apático y arrogante. Lo más
importante para él es salvaguardar las leyes, el honor y el prestigio familiar.
Cuando era niño ya era sumamente arrogante aunque era jovial y alegre, mantenía
una buena relación con su abuelo, el cabeza del Clan y Capitán de la Sexta
División Ginrei Kuchiki.
Pasado
Aproximadamente 110 años antes de que se le ordenara
capturar a su propia hermana en el mundo real, Byakuya era un aplicado niño en
sus entrenamientos, reconocido por ser el nieto de Ginrei Kuchiki, cabeza del
clan y Capitán de la Sexta División, en uno de sus entrenamientos su abuelo le
felicita por su esfuerzo y anuncia la visita de la Capitana de la Segunda
División Yoruichi Shihōin, la cual jugaba con él al onigoto haciéndole enfadar,
Byakuya era un chico arrogante y jovial por aquel entonces que quería mostrar
que su shunpō era mejor que el de la Capitana.
De algún modo conoció a una dulce muchacha llamada Hisana,
una habitante del Rukongai (la zona de la Sociedad de Almas para los espíritus
comunes), de la que se enamoró y con la que se casó, rompiendo las reglas
tradicionales que prohibían la aceptación de alguien de clase baja dentro de
una familia noble. Poco después de su matrimonio, Hisana murió y su último
deseo fue que su esposo encontrará a su hermana perdida, Rukia, que la adoptara
como su hermana y que nunca le dijera la verdad sobre su hermana mayor. Byakuya
cumplió la promesa, rompiendo de nuevo las reglas. Para aliviar su malestar
juró ante la tumba de sus padres que aquella sería la última vez que iría
contra la norma y la tradición.
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